La quincena de los trabajadores de la Secretaría de Cultura no suele llegar a tiempo.

Empleados de las diferentes instituciones de la dependencia federal denunciaron la irregularidad, incluso ante el temor de perder sus trabajos.

El pago equivalente a noviembre y diciembre, por ejemplo, fue percibido por los trabajadores casi a final de año, en pleno Día de los Inocentes.

Contratados por honorarios, empleados de la Biblioteca Vasconcelos, el Instituto Nacional de Bellas Artes, el Instituto Nacional de Antropología e Historia, el Centro de la Imagen y el Centro de Cultura Digital, sólo por mencionar algunas dependencias, acusaron que esta situación de retraso en sus pagos es algo a lo que ya están acostumbrados.

“Cuando tú entras a trabajar por honorarios, en lo que dan de alta tus papeles, tu pago sale entre tres o cuatro meses de haber firmado tu contrato”, dijo “Romina”, quien por temor a perder su puesto no quiso que se publicara su verdadero nombre ni la dependencia en la que labora.

A Romina le retuvieron el pago desde el 4 de noviembre y hasta el 28 de diciembre, equivalente a unos 30 mil pesos. Este problema se ha repetido durante los más de tres años que lleva trabajando en ese sitio.

«Nos dicen que (la Secretaría de) Cultura liberó todo, lo pasó a Hacienda y es desde ahí que no se han concretado los pagos», detalla la afectada.

 

El Centro Cultural Universitario Tlatelolco, una de las dependencias de la Secretaría de Cultura.

¿Cuando pasa esto los jefes de área les dicen algo?

“No nos dicen nada, es más bien hasta que uno se empieza a enojar y a preguntar qué onda que más o menos te dan una explicación. Esta vez me dijeron eso, que los pagos estaban retenidos en Hacienda, pero si tú no preguntas, no te dicen nada. Yo cuando entré a trabajar a mí nadie me dijo que se iban a tardar en pagar dos o tres meses”.

Hacienda: la misma dependencia federal acusada de desviar 250 millones de pesos para favorecer al PRI cuando Manlio Fabio Beltrones estuvo a la cabeza de ese partido. Casual.

“Uno asume que es un trabajo y que, al tratarse del gobierno, te pagarán por lo menos cada quincena, es lo ideal o a lo que uno está acostumbrado”, dice Romina.

¿Tienen la esperanza de que alguna vez los contraten en otro esquema?

“No, estamos conscientes de que siempre va a ser así. Justo antes de morirse, Rafael Tovar y de Teresa (ex titular de la Secretaría de Cultura) se aseguró de que no se crearan más plazas para nadie, porque eso compromete los dineros de la nación”.

Por ejemplo, en las diferentes dependencias hay entre 50 y 80 personas contratadas bajo el esquema de honorarios, freelance, empleados de fines de semana o talleristas esporádicos, quienes pese a laborar en una de las instituciones culturales más conocidas del país, nunca reciben sus pagos a tiempo.

¿Han denunciado esto ante alguna instancia?

“Realmente no, porque como trabajador tienes miedo a perder tu chamba. Las chambas en México están súper mal pagadas, no hay opciones suficientes. Lo que estamos haciendo aquí es prácticamente invertir la vida en una carrera profesional.»

«Casi todos somos gente que moríamos por trabajar en estos lugares, por lo que no queremos arriesgar nuestros trabajos por temor a represalias”.

Además de Romina, están «Juan», «Emiliano», «Flor» y decenas más, quienes han alzado la voz para reprochar la falta de pago vía redes sociales.

A “Juan”, por ejemplo, le debían 19 mil pesos desde octubre y se los pagaron hasta noviembre. Lo de noviembre y diciembre lo recibió hasta el día 28 del último mes del año.

Él está seguro de que esa forma de recibir su salario no cambiará en 2018.

“El año pasado, cuando se crea la Secretaría, que pasa de Conaculta a la Secretaría de Cultura, el primer pago del año de 2016 cayó hasta el 29 de mayo: se tardaron cinco meses en pagar”.

Trabajadores de la Biblioteca Vasconcelos acusan que el atraso en el pago de las quincenas es algo común en la institución ubicada al norte de la Ciudad.

¿Cómo sobrevives cinco meses sin recibir tu quincena?

“Ahorita, con la tarjeta de crédito, aunque en este momento mi efectivo es de cero y mi deuda con la tarjeta de crédito es de 5 mil pesos; de hecho ya llegué el límite con la tarjeta”.

Al igual que Romina, a José le dijeron que el dinero de su pago estaba retenido en Hacienda.

“No es cuestión de Cultura, es cuestión de Hacienda, eso me dijeron. El por qué tiene retenido el pago no lo sabemos”, acusó además de hacer un guiño al hecho de que estamos frente al último año de gobierno de Enrique Peña Nieto. A este periodo se le conoce como el «Año de Hidalgo», cuando quienes tienen acceso al dinero público buscan llevarse todo el que puedan antes de irse, pues.

Amedrentados

La falta de pagos sólo es uno de los problemas a los que se enfrentan los trabajadores de la cultura.

“Algunos han recibido intimidaciones, nos dicen que no podemos hablar de más y, más allá de tener una explicación, un simple ‘disculpe’.

«En lugar de tener un acto de empatía estamos teniendo un acto de intimidación por parte de los encargados. Para ellos es muy fácil: al estar contratados en un esquema de freelance en cualquier momento ya no te renuevan el contrato y te sacan de la institución”, comparte José.

El afectado acusó que tampoco cuentan con prestaciones laborales.

«Ninguna, como aguinaldo, servicio médico, prestaciones para el retiro. Nada», sentencia.

A pesar de la creencia popular de que trabajar para el gobierno equivale a tener estabilidad, un salario decente y prestaciones laborales atractivas, la realidad de los empleados de cultura es la opuesta: trabajar en el ámbito cultura, por dentro o por fuera del sistema, es sinónimo de carencias.

República 32 intentó conocer la versión de los empleadores, encargados de área o jefes; sin embargo, hasta ahora no ha habido respuesta.

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