La compleja y recelosa “estructura de dominación” del PRI podría convertirse en el máximo rival para José Antonio Meade en sus aspiraciones presidenciales este 2018. Buscar el acercamiento y la aceptación de los militantes y líderes del partido es su tarea más compleja.

Mauricio Merino, profesor de la UNAM y experto en ciencia política por la Complutense de Madrid, describe las inconsistencias y paradojas de la estrategia con que Meade pretende cumplirle a las entrañas del PRI mientras al mismo tiempo busca conectar con la sociedad con la estrategia del «candidato ciudadano».

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Entre la ciudadanía y la estructura de poder del PRI, Meade no queda bien con ninguno de los dos. Twitter/JoseAMeadeK

«Lo que estamos viendo es un fenómeno contradictorio en la candidatura de José Antonio Meade, en la forma en que está evolucionando la campaña», dice Merino en entrevista con República 32 y en referencia a las fisuras que presenta la precampaña, además de las debilidades con que parece que arrancará la campaña del aspirante.

«Da la impresión (de) que está pidiendo su ingreso al PRI, dado que no militaba en ese partido. Se ha presentado como alguien que está buscando la aceptación de sus correligionarios, cuando lo han buscado a él precisamente por no ser priísta».

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“El PRI ha sido una estructura de dominación”

Es paradójico que Meade se identifique como ‘aspirante ciudadano’ cuando en realidad no ha logrado acercarse a la sociedad o retomado una agenda con ella para mantener una esencia civil, estima Merino.

«Eso me parece contradictorio, porque la credencial con la que se presenta a los priístas es esta ‘precampaña’, que le llamamos, pero que es una campaña en toda forma, anula de hecho esa posible ventaja de José Antonio, eso es algo que me llama la atención», apunta el analista.

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Satisfacer a la militancia tricolor es uno de los principales desafíos del precandidato. Twitter/JoseAMeadeK

Además, Meade ha intentado complacer y quedar bien con militantes priístas, lo que puede interpretarse como una petición para afiliarse al tricolor; una contradicción con sus supuestas aspiraciones de ser un «candidato ciudadano».

“Veo a un precandidato que no acaba de distinguirse de nada, es decir, no parece estar al margen del aparato político tradicional del PRI, no parece estar presentando nada innovador, su propuesta en materia de combate a la corrupción no solo es decepcionante, sino muy débil y, aun, regresiva».

Cumplir ritos, la posibilidad

Mauricio Merino valora que frente a la poca aceptación entre los militantes, Meade tendrá que cumplir con las formas propias del PRI para ganarse el consentimiento y la aceptación de sus filas; un fenómeno que, al mismo tiempo, lo debilita y no lo ayuda a despegar en las preferencias internas y externas.

El aparato político del PRI, formado por quienes toman las decisiones, consumen a Meade y lo obligan a repetir lo que ya se ha dicho y hecho: nada innovador.

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«No parece estar al tanto de las posiciones de los ciudadanos organizados en distintas agendas políticas, no las está recuperando, que era lo que uno esperaría de un ciudadano que aspira a ocupar un cargo de esa magnitud, que se presenta no como parte del aparato político, sino como un funcionario exitoso y conectado con esa agenda de los ciudadanos. No veo nada de eso».

“Son muchas las corrientes priístas, pero no hay que engañarse, leer al PRI con los mismos lentes con los que se lee al PRD o al PAN o a los partidos menos importantes o con menor fuerza hasta ahora es un error, porque el PRI nunca ha sido un partido político como tal, el PRI ha sido una estructura de dominación, que es otra cosa«.

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Más que partido, el PRI es una estructura rígida para ejercer el poder, valora el analista de la UNAM. Twitter/EnriqueOchoaR

El bloqueo del tricolor a nuevas alternativas mantiene al partido como un aparato de control más que como un grupo con ideas frescas; al mismo tiempo, de paso, mantiene en la condena las aspiraciones presidenciales del ex secretario de Hacienda, valora Merino.

“El aparato político del PRI se lo está comiendo a José Antonio Meade, no ha levantado, se cae quien sube y no veo que haya subido nada, ni siquiera ha levantado vuelo, no veo que esta campaña esté teniendo, sinceramente, éxito en ningún sentido.

«No veo nada novedoso, repito, nada que no hayamos visto tradicionalmente en la forma en que el PRI actúa en cada sexenio, y tampoco veo nada relevante en las propuestas de Meade, veo continuidad”.

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