Uno de los logros de Presunto Culpable (2008), una película documental que critica y exhibe los abusos, arbitrariedades e insuficiencias del Poder Judicial en México, fue que se implementara en el país la presunción de inocencia, considera el director del filme, Roberto Hernández.
Sin embargo, este aspecto impacta únicamente en los juicios que se siguen a los procesados en México; antes de llegar a audiencias con jueces y partes acusadoras, los detenidos siguen sufriendo prácticas gravísimas y arcaicas, como la detención arbitraria o la tortura, advierte el abogado y cineasta.

«Yo me siento muy orgulloso porque es un gran cambio (considerar que todo acusado es inocente hasta que se demuestre lo contrario)», pondera el director del documental en entrevista telefónica con República 32.
«Lo que sí no ha cambiado es la parte que precede al juicio, existen prácticas viejas como la tortura, las técnicas de investigación policial en realidad no han mejorado».
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La película se acompañó de una lucha civil para exigir transformaciones en la manera en que se siguen los juicios en el país, toda vez que exhibe los vicios del sistema de justicia.
El documental narra la historia del joven Antonio Zúñiga, encerrado y condenado a 20 años de prisión por un homicidio que no cometió.
El vendedor de tianguis fue acusado por un testigo único que no lo vio accionar el arma de fuego ni fue capaz de describir su aspecto físico en las audiencias.
Zúñiga, en cambio, fue levantado de manera arbitraria por policías que lo golpearon y amenazaron con someterlo.
Tras estar más de dos años encerrado en el Reclusorio Oriente de la Ciudad de México, gracias a la asesoría y litigio del equipo de Roberto Hernández, recuperó su libertad, gracias a que fueron presentadas las inconsistencias de su caso ante un tribunal de apelaciones.
Litigios: las acusaciones contra los denunciantes

Un fenómeno importante que encaró Presunto Culpable fueron las demandas en su contra: más de 27 procesos judiciales del orden financiero, de propiedad industrial o articulados como intentos de censura, explica Roberto.
El 1 de febrero de este 2018, Hernández publicó en un tuit que la Suprema Corte emitió el último fallo favorable para la película, luego de siete años de litigios.
«Hoy la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación resolvió —ahora sí— el último de los casos contra el documental Presunto Culpable. Ganamos por mayoría de tres votos», explicó en esa red social.
En esta acusación, Hernández fue cuestionado por mostrar en la cinta la fotografía de un cadáver, el del sujeto presuntamente asesinado por Antonio Zúñiga. Sin embargo, el director pretendía mostrar las incosistencias flagrantes del caso que podían desprenderse de la causa de muerte del agredido.
«(Esta acusación) tenía que ver con el hecho de que yo usé una fotografía de un cadáver en la película, de la víctima del homicidio. Y la Corte tenía que haber explorado pues cuáles son los límites de la libertad de expresión. ¿Tengo yo derecho a usar esa fotografía o no?, si hay un valor informativo en ello», relata.
«Lo que le expliqué a la Corte fue que en la averiguación previa del caso, el rubro de la averiguación previa decía que la víctima del homicidio había muerto por un golpe, decía ‘homicidio doloso por golpe’, y pues era evidente con las fotografías que en realidad había sido un balazo».
«Entonces, o sea, yo lo que alegaba era de que el valor público informativo (de la imagen era que) se entendiera que era un balazo, ¿no?».
En el señalamiento contra Zúñiga, incluso la causa de muerte estaba mal planteada en la documentación oficial.
¿Por qué tratar de silenciar el documental?

Para Hernández algunos de los 27 procesos judiciales abiertos contra la cinta tenían intenciones de censurar su ejercicio de denuncia.
«Yo creo que la película pues sí le dolió al Poder Judicial, sí es un cuestionamiento muy fuerte y pues muy impactante», relata Hernández.
En la cinta se observa el tedio e insuficiencia profesional con que proceden el juez y la abogada acusadora contra Antonio Zúñiga, además de un método de trabajo obsoleto que prioriza capturar por escrito las apelaciones y argumentos, no obstante los avances tecnológicos y el hecho de que cámaras y micrófonos permiten un registro más fidedigno.
«(La película) desnudó al Poder Judicial, que literalmente eran juez y parte (en las demandas en contra del filme) porque se sentían atacados por la película, pero el Poder Judicial tenía que decidir sobre los reclamos contra la película. Eso es lo que fue problemático», dice.
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Las carencias persistentes
En seguimiento a un documento del Inegi, que entrevistó a más de 50 mil procesados en cárceles del país, el nuevo sistema de justicia penal ha empezado a producir mejoras modestas.
Esto lo desprende Hernández de la comparación de los datos estadísticos de la dependencia con su propia información sobre la estructura de la impartición de justicia en México.
«Te puedo comentar que hay datos muy positivos, o sea que hay cosas que sí cambiaron; por ejemplo, los jueces antes no iban a los juicios, ahora sí van; o sea, en el sistema antiguo no iban al juicio prácticamente y ahora sí se aparecen».
«Antes el registro de las audiencias era por escrito y dictado, como vimos en Presunto Culpable, y ahora ya casi todos los tribunales tienen un registro fidedigno, videograbado.»
Sin embargo, es urgente combatir otros problemas persistentes, como la precariedad en que trabajan los policías, los niveles de impunidad o la debilidad de estado de derecho.

A principios de este mes fue difundido un reporte de la organización World Justice Project que coloca a México en el lugar 92 de 113 posiciones sobre carencias en el estado de derecho.
La impartición de justicia en México, abunda el informe, es menos eficaz que en países como El Salvador e Irán, ambos con importantes historias de violencia, abuso, impunidad y arbitrariedades.
«En México están muy altos los niveles de impunidad y al mismo tiempo están muy altos los niveles de tortura y maltrato, entonces tienes como lo peor de los dos mundos», expone el cineasta.
«Hay quien piensa que reglas como los derechos humanos pues mitigan la eficiencia policial, y no: en México tienes un mal sistema de derechos humanos y un mal sistema de investigación criminal».
Además, las policías enfrentan incapacidades para investigar y precariedades elementales, como pésimos sueldos, lo que por supuesto impacta en los malos resultados de la impartición de justicia.
«A mí me preocupa la situación de los policías, realmente están en un estado de abandono con bajos salarios, reglas poco claras. Creo que ese es un gran pendiente de lo que se ha hecho en México».
«Entonces el nivel de complejidad que hemos creado ha hecho que sea difícil que la policía luego se anime a hacer su trabajo o hacer investigaciones porque no tienen claro cómo es que las tienen que hacer».
El futuro, las elecciones, los consensos urgentes
Esta semana, el director de Presunto Culpable exhibió en sus redes una fotografía con el precandidato del PRI a la presidencia, José Antonio Meade.

Hernández asegura que fue un encuentro casual, que no define su afiliación partidista y que le permitió conversar con el ex secretario de Estado acerca de los problemas pendientes de la justicia nacional, una tarea que le gustaría replicar con los otros aspirantes presidenciales.
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El director estima que las dificultades no se resolverán de manera sencilla ni inmediata; en cambio, es indispensable el consenso entre las fuerzas políticas.
«Creo que hay que hablar con todos, hay que hablar con Morena, PRI, los independientes, todos los que tengan una curul. Si no es en consenso acerca de lo que tiene que cambiar, es muy difícil que se aprueben tanto las reformas constitucionales que hacen falta como las reformas a los códigos que hay que hacer.
«México está muy mal en estado de derecho y yo no espero que sea una cosa que va a cambiar en dos minutos, gane quien gane está súper grave la situación», asegura.