Las personas que gustan de pagar para sentarse en una sala a que les muestren una película de monstruos y horrores, en estas campañas sólo tienen que revisar las listas de candidatos de cualquier alianza para darle rienda suelta a su afición.

Además, sale gratis y nadie puede decir que eso no pasa en la vida real.

Cada quien hizo su cásting y no le faltaron personajes estremecedores con quienes ocupar los protagónicos, los secundarios y tantos extras como para llenar cada papel de orco, troll y nazgul en la batalla final del Señor de los Anillos, frente a las puertas de Mordor.

El aspirante del PRI con sus estrategas regionales. Twitter/JoseAMeadeK

Individualmente, destacan estrellas del terror con nombres de pantalla, como Eruviel, Napoleón, Josefina, Rosario, Mauricio, Jorge, Leonel, y Gerardo; pero también hubo familias que hicieron aportes especiales con padres, hijos, primos, nietos y hasta yernos y nueras, como los Beltrones, los Yunes, los Gordillo, los Gamboa y Graco.

Los candidatos presidenciales están en competencia por la bandera de la honestidad personal, pero sus respectivas compañías les ponen difícil el asunto.

Busqué a Juan Pardinas, director general del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) y destacado promotor de la iniciativa de Ley 3de3 para obligar a funcionarios y cargos electos a transparentar sus bienes. Con él me reuní para analizar el problema y preguntarnos:

¿Será que en México es imposible ganar elecciones y lograr que se respete el triunfo sin aliarse con vampiros, postular a hombres lobo y pactar con algún chupacabras?

El peso de la desvergüenza

El pasado domingo 18, José Antonio Meade, Andrés Manuel López Obrador y Ricardo Anaya aceptaron formalmente las candidaturas de sus coaliciones.

Los tres pusieron el combate a la corrupción como eje de sus propuestas.

“Hay momentos en la historia en los que los pueblos se juegan su destino, éste es uno de ellos”, afirmó Meade como cabeza de la coalición Todos por México (PRI, PVEM, PANAL). En el combate a la corrupción, dijo, “seré implacable”.

No hablaba, está claro, de la gente que lo rodea y que tratará de llevarlo a la victoria; y que espera mantenerse arriba de este carro que hace gala de impunidad.

No se refería, por ejemplo, al lagarto más poderoso, resistente y temible del cine de terror nacional, Manlio Fabio Beltrones, la auténtica versión masculina y al carbón de la Virgen del Amparo:

Ligado al escándalo de desvío de cientos de millones de pesos de fondos públicos para financiar las campañas estatales del PRI en 2016, Beltrones obtuvo protección judicial contra todo tipo de pecados cometidos y por cometer; un respaldo tan amplio que, si Manlio Fabio quisiera confesarse, un cura no sabría qué se vale preguntarle y qué no.

El actual dirigente del PRI, Enrique Ochoa, con su antecesor en el cargo, Manlio Fabio. Twitter/EnriqueOchoaR

Meade está acusado de haber permitido desfalcos y desvíos cuando era secretario de Hacienda, y de no haber procedido contra Rosario Robles, quien acumula denuncias por desaparición de recursos públicos cuando la reemplazó en la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol).

Sus simpatizantes reviran que no hay huellas de enriquecimiento personal: con esa carta lo promueven como un funcionario honesto a pesar de lo que se diga del PRI.

“No se puede gobernar sin vergüenza y creo que este gobierno perdió la vergüenza”, dice Pardinas, quien añade que Meade “no se ha desmarcado de este gobierno y de esta pérdida de vergüenza».

«No ha habido todavía ese discurso que hizo muy famoso a Luis Donaldo Colosio, de tomar distancia del gobierno que lo postuló. Vemos más bien como una actitud de conciliación que borda en la complicidad”.

La inflexibilidad rota

Bajo el lema de “honestidad valiente”, López Obrador hizo campañas presidenciales en 2006 y 2012 dando ejemplo con su rechazo ya no sólo a acordar, sino también a permitir que se le acercaran personajes que consideraba sucios.

El abanderado de Morena con Cuauhtémoc Blanco. Twitter/lopezobrador_

El empresario regiomontano Alfonso Romo, coordinador general del Proyecto de Nación del candidato, contó el martes 20 en el Club de Industriales cómo fracasó el intento de aproximación que hizo la dirigente magisterial Elba Esther Gordillo hace seis años: “Fui mensajero de ella para hacer un pacto con Andrés Manuel, pero éste no aceptó, ni siquiera la recibió”.

Dos días antes, al aceptar la candidatura, López Obrador aseguró que “con terquedad, con necedad, con perseverancia, rayando en la locura, de manera obcecada, voy a acabar con la corrupción”.

Esta vez, la necedad no ha mantenido a distancia al nieto de Gordillo, René Fujiwara, ni a su yerno Fernando González Sánchez, quienes tratan de obtener el apoyo de lo que queda de las huestes magisteriales de Elba Esther para el presidenciable.

Lo más impactante para muchos, dentro y fuera de la coalición Juntos Haremos Historia (Morena, PT, PES), fue la nominación sorpresiva de Napoleón Gómez Urrutia como aspirante plurinominal al Senado.

Gómez Urrutia, dirigente de mineros que nunca fue minero, refugiado en Canadá desde 2006 a raíz de un conflicto con el poderoso empresario Germán Larrea, de Grupo México, fue acusado por un colectivo de mineros de haberles hecho perdedizos 55 millones de dólares.

El proceso legal en su contra ya no está vigente, pero si fuera lo contrario López Obrador ha dicho que le quitaría la candidatura. Pero siempre existe la posibilidad de que surja alguna denuncia y Gómez Urrutia sólo podrá volver si goza del fuero legislativo.

“Como ciudadano, extraño la honestidad valiente de López Obrador en lugar de este pragmatismo obsceno”, comenta Pardinas, “porque, dada la crisis de corrupción que estamos viviendo, sí se necesita marcar un alto y me parece que esta voluntad de subir a quien sea al tren de Morena con tal de que le acarree votos y alianzas, destruye la esencia un poco».

«Al sistema político mexicano sí le hacía falta este referente de inflexibilidad que era la versión de López Obrador 2006-2012”.

Esta coalición podría recibir una ayuda inesperada, sin embargo el artículo 32 constitucional establece que sólo podrá ser electo quien tenga única y exclusivamente la nacionalidad mexicana.

En 2014, los abogados de Gómez Urrutia anunciaron que su cliente había obtenido la ciudadanía canadiense: si esto se comprueba, el INE llegaría como héroe sobre caballo a salvar a la morenita roja del ataque de este lobo feroz.

Monstruos propios… y ajenos

El abanderado de la coalición Por México al Frente (PAN, PRD, MC) está en peligro de quedar emparedado: por debajo, Meade necesita derribarlo para poder ascender al segundo lugar en las encuestas y ser competitivo; en tanto que, por arriba, López Obrador se sentiría afianzado en la primera posición si su principal rival cargara el desprestigio del PRI.

Ricardo Anaya enfrenta una andanada de denuncias por lavado de dinero, que si fructifica podría descalificarlo y obligaría a su alianza a buscarle un reemplazo.

Otro sólido obstáculo puede ser que no sólo carga con los orcos de su propio partido (como los aspirantes al Senado Josefina Vázquez Mota, cuya fundación “Juntos Podemos” ha tenido dificultades para explicar el uso de mil millones de pesos de fondos públicos, y Rafael Moreno Valle, exgobernador de Puebla señalado por fraudes y abusos de derechos humanos).

La ex candidata presidencial con panistas y perredistas. Twitter/JosefinaVM

Además, viene con los trolls de sus aliados, MC y, sobre todo, el PRD, incluidos los #TresTristesPillos Leonel Luna, Mauricio Toledo y Jorge Romero (aunque éste es panista), quienes quisieron apropiarse el control de los recursos para la reconstrucción de la Ciudad de México, y el gobernador de Morelos Graco Ramírez, a quien responsabilizan del crecimiento del crimen organizado en su entidad y que quiere dejarle el cargo a su propio hijo.

Aunque para Juan Pardinas no es tan sencillo hacer la crítica de esta coalición porque, con otros activistas, se ha aproximado a ella, señala que le “desagradan estas aspiraciones monárquicas que hay en Puebla, que hay en Veracruz, que hay en Morelos”, así como “los problemas de opacidad y corrupción que hay en la Asamblea Legislativa del DF”.

Su enfoque está en que cuando él y otros lanzaron la iniciativa de Ley 3 de 3, hubo cuatro legisladores que acudieron voluntariamente a presentar sus declaraciones de bienes: Fernando Belaunzarán, Fernando Doval, Laura Rojas y Zoé Robledo.

Los tres primeros están en el Frente y el cuarto con López Obrador. “Es gente que en momentos críticos ha dado las batallas del lado correcto”.

Si en cada sector político es posible encontrar gente valiosa, el problema surge cuando los buenos son avasallados por los monstruos. En dos campañas presidenciales anteriores, la “honestidad valiente” en su versión más pura no logró llegar a la presidencia, haiga sido como haiga sido. Y ahora, la estrategia ha adquirido otros matices.

En México, ¿es posible ganar y hacerse reconocer el triunfo con los buenos y por las buenas?

“No es lo más fácil pero creo que sí se puede”, responde Pardinas.

“La manera de desmontar el clientelismo y la corrupción es que la enorme mayoría de los mexicanos salgamos a votar. Si se alcanzan niveles de participación del 80 por ciento, no va a haber maquinaria clientelar que pueda imponerse sobre la voluntad de los mexicanos. Sí hay el camino pero, evidentemente, no es la conducta tradicional observada en México”.

 

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