María estaba en el quirófano. La anestesia todavía no surtía todo su efecto cuando una enfermera le pidió que firmara una hoja. Ella no lo hizo. Pocas horas después tenía en sus brazos a su bebé.
Un par de días después una enfermera le dijo que le habían colocado un Dispositivo Intrauterino (DIU). La sorpresa de la nueva mamá no podía ser mayor, por lo que pidió que le hicieran una radiografía. Era cierto. A María le pusieron el dispostivo anticonceptivo contra su voluntad.
«Me dieron un papel diciéndome que era el consentimiento para colocarme el DIU aunque en todas mis consultas y revisiones en urgencias siempre dejé claro que no consentía ningún método», señala María.
El 9 de marzo de 2016 esta nueva víctima del IMSS puso una denuncia ante la Comisión Nacional de Derechos Humanos. Ella es una víctima más de la violencia obstétrica en el país. Y el IMSS, campeón nacional en violar derechos humanos de acuerdo con el organismo, es el principal perpetrador de este abuso que dejó seis víctimas solamente en 2017.
«Lo que hicieron es una violación a mi cuerpo y a mi derecho a elegir sobre él», comenta María. Además de la radiografía, otra prueba con la que cuenta la chica de 26 años para documentar la violencia obstétrica que sufrió es su expediente médico, donde no existe una constancia de aprobación para aplicar el anticonceptivo.
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María es una de las seis mujeres de alrededor de 20 años que sufrió violencia obstétrica en alguna clínica u hospital del Instituto Mexicano del Seguro Social durante 2017.
Desde inicios de 2016 y hasta finales de 2017 esa dependencia de salud estuvo bajo la titularidad de Mikel Arriola, quien dejó el cargo para contender como candidato del PRI por la jefatura de gobierno de la Ciudad de México.

En los dos años que el priísta estuvo a cargo del IMSS la instancia federal sumó el mayor número de recomendaciones de la CNDH por violaciones a los derechos humanos.
Violencia recurrente
En 2016 el IMSS registró 15 recomendaciones por vulneración contra los derechos humanos de sus beneficiarios, y en diciembre de 2017 acumulaba 19 recomendaciones elaboradas por la CNDH.
En el último año la violencia obstétrica abarcó el 31 por ciento de las recomendaciones extendidas por la Comisión al IMSS. Este tipo de agresión ocupa el segundo lugar en frecuencia, sólo superada por la falta de protección a la salud.
Datos del Inegi indican que en México la mayoría de las madres primerizas oscila entre los 12 y 19 años de edad. El segundo grupo de madres tiene entre 20 y 29; en este último rango de edad es en el que se ubican las mujeres víctimas de violencia obstétrica, según las recomendaciones de la CNDH.
El Gire, una organización enfocada en proteger los derechos de las mujeres sobre la reproducción, señala que la violencia obstétrica implica “la violación a los derechos humanos de una mujer durante el embarazo, parto y posparto, mismo que se puede manifestar a través de burlas e insultos hasta un trato médico que atente contra sus salud”.
La violencia obstétrica que sufrió María, cuyo nombre real no se especifica en la recomendación de la CNDH, para proteger a la víctima, es una de las muchas formas en las que las mujeres pueden ser violentadas en el país.
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Después de la queja que María presentó ante el organismo, el hospital de ginecopediatría del IMSS ubicado en la Ciudad de México argumentó que ella sí consintió que se le colocara el DIU.

Sin embargo, al hacer un análisis del documento, la CNDH se percató que en realidad se trataba de una “hoja de solicitud de intervención quirúrgica”.
“La hoja tiene como única finalidad programar o reservar el quirófano para su control interno y no constituye un formato de consentimiento informado para la aplicación de un método anticonceptivo”, aclara la Comisión.
En la recomendación, la CNDH especifica que se constató que el médico le colocó el DIU a María sin su consentimiento “durante la cesárea, bajo medicación, con efectos de la anestesia y estrés quirúrgico, por lo que constituye un acto de violencia obstétrica”.