A Andrés Manuel lo reciben entre besos, abrazos y apretones de mano. Es 15 de septiembre de 2014. Camina entre la multitud que lo espera en un gimnasio de Ocotlán en Jalisco. Viste un saco negro, camisa blanca, corbata roja. Sonríe, se ve seguro. De pronto le acercan un bebé, López Obrador lo sostiene en brazos y posa para la foto.
Tiene poco menos de dos meses que su movimiento es un partido político. El Instituto Federal Electoral aprobó el 9 de julio el registro.
Arranca el Congreso Nacional de Morena. AMLO va acompañado de Claudia Sheinbaum, Martí Batres y Bertha Elena Luján. Se para en el templete, habla de transformación, de recuperar la soberanía nacional, de defender el petróleo.
“Es un triunfo porque se hizo a pulso, desde abajo y entre todos. Vamos bien. Hasta en los pueblos más apartados hay mujeres, hombres, libres y conscientes. Por eso Morena es la esperanza de México. Eso es Morena”, grita ante el auditorio que inmediatamente rompe en aplausos, se pone de pie y alza los puños.
Un año más tarde, Morena comenzó a recibir aportaciones de sus militantes. El mismo AMLO deposita a la cuenta del partido 730 pesos como la mayoría de sus afiliados. Otros más cooperan con 30 pesos y sólo dos personas ceden seis y 10 mil pesos, las máximas contribuciones que recibió Morena en todo 2015, de acuerdo con información pública del partido.
En aquel momento con 560 cooperaciones, Morena logró juntar 412 mil pesos con lo que se presentó sin alianzas a su primera contienda electoral; los resultados fueron positivos.
En Ciudad de México le arrebató cinco delegaciones al PRD: Azcapotzalco, Tlalpan, Tláhuac, Xochimilco y Cuauhtémoc. Morena también obtuvo triunfos en municipios de seis estados y poco más de 3 millones de votos en su primera participación nacional.
Entonces se convirtió en la cuarta fuerza política de México pisándole los talones a los perredistas.
En la delegación Cuauhtémoc, Morena ganó de la mano del zacatecano Ricardo Monreal, mientras que Claudia Sheinbaum se llevó el triunfo en Tlalpan.
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Esas victorias le valen al partido, que nació como una asociación civil —el mismo día que se conmemora la matanza de estudiantes a manos del Estado, el 2 de octubre —, la oportunidad de adquirir confianza y recursos.
A partir de ahí vino el boom del partido de López Obrador. Los recursos que en 2015 iban llegando de a 30, 100 o 730 pesos, en 2016 se multiplicaron: empezaron a llegar a las arcas de Morena depósitos por 100, 200, 400 y hasta 527 mil pesos.
Los triunfos en las urnas y el hecho de que las encuestas marcaban al Peje a la cabeza de las preferencias electorales influyeron en que las aportaciones de los militantes se incrementaran 16 veces. La mayoría de los donantes eran paisanos y/o cercanos a Ricardo Monreal.
Ayer, República 32 publicó que 14 zacatecanos y/o personas cercanas al ex delegado en Cuauhtémoc aportaron el 53% del dinero que recibió Morena. En 2016, el partido del Peje recibió un total de 6 millones 879 mil pesos y Andrés Manuel ni siquiera tuvo que aportar; Monreal sí lo hizo. Él y su hijo desembolsaron 400 mil pesos.
Esos recursos, que llegaron antes de la contienda electoral de 2016 en Zacatecas, Veracruz y la CDMX, se volvieron clave para que Morena se quedara con el 16 por ciento de los votos y le robara al PRD el puesto como tercera fuerza política de México.

Aunque los recursos que el partido obtuvo ese año no se comparan con los que ingresan anualmente a las arcas de los partidos más grandes —el PRI, por ejemplo recibió ese mismo año 39 millones 328 mil pesos, casi seis veces lo que ingresó en Morena— ese incremento sí es representativo.
Monreal, según un asesor cercano a él que pidió el anonimato, le apostaba al movimiento con miras a obtener la Jefatura de Gobierno de la CDMX. Sin embargo, el partido de Andrés Manuel volteó la bandera hacia Claudia Sheinbaum.
«Percibo y siento con toda convicción que los ciclos se concluyen. Mi ciclo se está concluyendo en Morena y no lo digo con gusto, lo digo con pena, con tristeza. A mí me ha costado mucho fundar Morena; tengo respeto por sus militantes y dirigentes», dijo el zacatecano en entrevista con Ciro Gómez Leyva.
Después echó atrás la amenaza. Fuentes cercanas a la cúpula del partido señalan que la recompensa será dirigir al partido desde la Cámara de Senadores.
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Martí Batres, el presidente de Morena en la CDMX, dijo a República 32 que el crecimiento en el monto de las aportaciones “no es un tema tan relevante”, aunque reconoce que habla de la confianza en el partido. “En Morena se trabaja con muy pocos recursos, en una lógica de austeridad”, recalca.
Las aportaciones que recibió en 2016, probablemente se hayan incrementado entre 2017 y lo que va de este año, de cara a la contienda electoral. Pero aunque es información pública de oficio, el partido no tiene los datos actualizados.
Lo que sí reconoce Batres es que esto es un símbolo de la fuerza con la que Morena y AMLO van este 2018; la mayoría de las encuestas lo marcan como el favorito para llevarse la presidencia.
“Esta es la primera vez que una fuerza política que se crea en una administración es favorita para ganar presidencial. Eso es algo que no se veía desde hace un siglo”, enfatiza.
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