En entrevista con República 32, el fotógrafo Santiago Arau habló de la nueva narrativa fotográfica que se ha logrado gracias al uso de drones.

Arau, un fotógrafo chilango de 38 años, se ha vuelto un experto de esta forma de tomar fotos, tan es así que en la última edición del festival de cine documental Ambulante presentó un cortometraje que realizó de la mano del escritor y editor Diego Rabasa, llamado 19 de septiembre.

Este corto fue grabado únicamente con drones y en él se retrata lo sucedido antes, durante y después de los sismos de septiembre de 2017 en la Ciudad de México.

Durante la entrevista, Arau habló sobre sus principales motivaciones para comenzar a tomar fotografías aéreas distintas a las que ya había hecho sobre helicópteros, aviones y avionetas.

El redescubrimiento de la ciudad y el sentirse parte del dron con el que toma sus fotos fueron algunos de los motivos principales para especializarse en este forma de hacer fotografía.

Antes de tomar fotos con drones, Arau retrató la ciudad en aviones y helicópteros.

Lo que busca transmitir con sus fotos aéreas

“Hay dos intenciones, la primera es el descubrimiento: redescubres un espacio al que no estás acostumbrado. Yo creo que la primera parte del trabajo es un redescubrimiento de los espacios en donde vivimos, cómo se ve la ciudad desde arriba, con ciertas perspectivas, con ciertos encuadres; ésa es la primera pulsión que están teniendo los drones hoy en día”.

Y en segundo lugar, está el simple hecho de mostrar lo que está frente a él, ya que continuando con el objetivo principal de la fotografía, que es documentar y archivar, logra transgredir el tiempo y el espacio “y esto es lo que quiero hacer con mi fotografía”.

La vida cotidiana en la Ciudad de México es uno de los temas más tocados por Arau.

Espacios que Santiago ha redescubierto

“Hay cosas muy básicas que damos por sentado y que no conocemos, como la fotografía que subí en donde se ven los volcanes y en la parte de abajo se ve una cordillera que siempre estamos acostumbrados a verla pero, por ejemplo, yo no sabía los nombres de esas montañas y tampoco sabía que una de las montañas no existe porque hay una mina y la misma mina se la comió”.

Fotografía tomada el viernes 22 de junio en la que se observa la cordillera que rodea la Ciudad de México.

“Cuando me puse a investigar sobre los volcanes, descubrí que están presentes en las pinturas de [José María] Velasco y en las pinturas de los paisajistas mexicanos, los muralistas. Son cosas que los que vivimos en la Ciudad de México siempre vemos pero que nunca nos damos a la tarea de ver qué son”.

“Entonces, al empezar a observar la ciudad, empieza la revaloración del espacio y a darme cuenta del nombre de las montañas. En el norte tenemos la Sierra de Guadalupe, en el sur la Sierra de Santa Catarina, está la parte del Monte Tláloc, del Popocatépetl, el Iztaccíhuatl; toda esta parte de las laderas, el Ajusco, todos los volcanes. A partir de mis vuelos empiezo a darme cuenta de las montañas que siempre había visto de niño pero de las que no tenía información.

«Una cosa es ver y otra es observar; no nos damos cuenta de muchas cosas que ahí están, te dije que desapareció una montaña en la Ciudad de México y no nos dimos cuenta, posiblemente van a desaparecer otras cosas y nadie se dará cuenta, es algo preocupante”.

Gracias al uso del dron, Arau puede lograr tomas muy cercanas del Popocatépetl.

Tomar foto con dron es más cercano a una sensación

Santiago aclara algo que en primera instancia podría parecer una obviedad, pero que tiene que ver más con una sensación que con una técnica.

Él comenta que tomar fotos con un dron, sobre un avión, avioneta o helicóptero hace que la sensación de fotografiar se pueda disfrutar de formas muy distintas. “Porque, para empezar, es una cosa a control remoto, lo que vuela es la cámara, es la que se va y la persona se queda en un lugar, eso hace que las sensaciones sean totalmente distintas a las de estar volando”.

 

“Y al estar el fotógrafo abajo, está sintiendo el entorno. Cuando uno va en avión, va encapsulado; o cuando vas en un helicóptero, vas viendo lo que hay abajo, y eso al final del día cuenta mucho para contar una historia.

“Las fotografías que puedo lograr son distintas, obviamente eso depende de lo que el fotógrafo quiera comunicar. Ahora los drones revolucionan la forma de hacer fotografía y tiene nuevos objetivos, hay un boom de los drones que hace que ver al país de una manera totalmente distinta y que nos pone en un panorama que no estamos acostumbrados a ver, hay una necesidad del ser humano de volar, de ver las cosas a otro nivel, es algo que me parece atractivo”.

Arau dice que el estilo fotográfico depende únicamente de cada persona.

“Los drones se convierten en una herramienta que es parte del fotógrafo, además hay una como conexión entre la cámara y el dron, que es algo nuevo que llega a cambiar cómo se ve a la fotografía”.

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