Era 2015. Las encuestas le daban clara ventaja al aspirante independiente a la gubernatura de Nuevo León, Jaime Rodríguez «El Bronco», pero fueron superadas en la elección.
La muestra estadística demostraba que «El Bronco» sólo obtendría entre el 19 y el 28 por ciento de los votos; pero ganó la elección con el 48.86 por ciento de los sufragios.
¿Qué fue lo que pasó?
Las encuestas ya son parte esencial de todo proceso electoral. En algunos casos muestran resultados similares a los que expresa la ciudadanía en las urnas; pero en otras, los pronósticos quedan muy alejados de los resultados finales.
República 32 recurrió a encuestadores y expertos en comunicación para adentrarse en el papel que juegan las encuestas en las preferencias electorales, de cara a los comicios de julio próximo.
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¿Qué influencia tienen las encuestas?
En elecciones es común pensar que las encuestas adelantan un reflejo exacto de los resultados de las casillas, pero suele no ser así. También se piensa que estas mediciones juegan un papel fundamental en el modo en que las personas votan.
«Las encuestas no hacen predicciones, sino mediciones», dice el analista Francisco Abundis, que trabaja en parametría. En cambio, aclara, se trata de un registro de tendencias sobre cómo van cambiando las opiniones del electorado antes del día definitivo.
El doctor Raúl Trejo Delarbre, investigador en ciencias sociales por la UNAM, agrega que se sobrestima a las encuestas y se les atribuyen capacidades inexistentes. En realidad es imposible saber cómo reaccionará la sociedad; las encuestas sólo son un instrumento que permite una aproximación sobre cómo piensa la gente en un momento determinado.
Roy Campos, analista de Consulta Mitofsky, piensa que el ciudadano no toma sus decisiones basado en los resultados de una encuesta, pero esos instrumentos favorecen a los candidatos de otras formas, como fomentando su presencia en medios.
«Por ejemplo, yo no veía en 2012 que los medios siguieran mucho a (Gabriel) Quadri; ese acceso a los medios te da forma de comunicarte con los ciudadanos», opina.
Los ciudadanos, en cambio, son influenciados por muchos factores, como la familia y los medios de comunicación; pero es imposible determinar si las encuestas influyen directamente en la elección, señalan los especialistas.
«Los electores se van a definir por la percepción de triunfo», dice Rodrigo Galván, de la consultora Demotecnia. Los simpatizantes de Andrés Manuel votarán por él sabiendo que tiene la ventaja; en cambio, quienes no simpatizan con su movimiento votarán por el candidato con más posibilidades de derrotarlo.

¿Fallan sus cifras?
«Las encuestas nunca son predictivas», aclara Rodrigo Galván. Sin embargo, la ciudadanía percibe que fallaron cuando el resultado de los estudios no se parece al de la elección.
Agrega Raúl Trejo que «las encuestas no son una bola de cristal que nos permita ver el futuro». El especialista en ciencias sociales agrega que los datos arrojados por las encuestas son una muestra momentánea de la opinión pública.
“Es un reflejo de cómo va cambiándose o manteniéndose la opinión de la sociedad. Son una herramienta importante para conocernos, pero las encuestas no pueden predecir qué elementos van a influir en la decisión de las personas”.
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Roy Campos estima que las diferencias radicales entre los resultados de las encuestas y de las elecciones suelen coincidir con que los candidatos mantienen un discurso antisistema durante sus campañas.
“Hay un lugar común en todas ellas: en Nuevo León con “El Bronco”, en Miguel Hidalgo con Xóchitl Gálvez, con Cuauhtémoc Blanco en Morelos, con Pedro Kumamoto. No tiene que ver con que sean independientes, es el uso de un discurso antisistema, que recoge el coraje. Cuando en la campaña aparece ese discurso que recoge el coraje de la gente, ese coraje se manifiesta al final”.
Este tipo de sentir social, dice Campos, hace que un número de electores tome su decisión basado en el rencor, lo que puede cambiar los resultados de la elección y alejarlos de los resultados de las encuestas.
Sucede también que el electorado no quiere reflejar su preferencia en las encuestas, por lo que responde de una manera y vota de otra, apunta Francisco Abundis. Estos fenómenos, subraya, no pueden ser premeditados por la encuestadora.

¿Las encuestadoras son presionadas por intereses políticos?
Galván dice que Demotecnia no ha sufrido ningún tipo de presión cuando presenta sus estudios. En contraste, Campos asegura que sí, algo que los partidos hacen de manera evidente.
Los intereses políticos manipulan los resultados de las encuestas por redes sociales, agrega el encargado de Consulta Mitofsky.
“Te mandan trolls, cuentas de tiene 50 o 100 seguidores, se ve cómo dicen lo mismo al mismo tiempo. Eso te lo mandó algún político. Esas no son críticas, son presiones, es como decir ‘si vuelves a sacar algo así, te voy a volver a golpear’”.
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Otra manera de presión política es presentar datos que traten de desacreditar los resultados de las encuestas. «antes de que salga el resultado te hablan y te dicen ‘oye, yo ya tengo otras mediciones y voy arriba, pero voy a esperar la tuya’. Tratan de influirte para que la encuesta salga igual a lo que ellos dicen».
Ninguno de los encuestadores entrevistados considera malo que los partidos políticos contraten esos servicios; en cambio, las empresas deben apegarse responsablemente a la opinión de los encuestados, sin manipulación.