Cristina Villegas comenzó a ser violentada sexualmente por el maestro de la UNAM Gustavo Vela desde el 9 de agosto de 2017, cuando empezó a llamarla para pedirle fotografías suyas sin ropa.
“Insistía violentamente para que le compartiera contenido”, escribió Cristina en una página de internet en la que va documentando las agresiones que vivieron ella y decenas de mujeres más. “Le decía expresamente que no quería y que en determinados momentos no me sentía bien”.
¿Cómo fue el acercamiento de Vela?
En entrevista para República 32, Cristina relató la manera en la que el maestro se acercó a ella. Primero comenzó a seguirla en Twitter y después le mandó un mensaje privado en donde le agradecía el haberlo seguido. Algo que ha repetido con sus demás víctimas, de acuerdo con la estudiante.
“Me dijo que me mandaba un beso y un abrazo. Yo le contesté amigable porque vi que su mensaje era amigable y no pensé mal. Después me dijo que ojalá tuviera Skype porque no podía conversar por Twitter y se lo pasé, pero sí me pareció raro que una persona a la que no conozco quisiera hablar conmigo por Skype”.
Luego de esto, Vela le marcó, hablaron un momento hasta que comenzó a insistirle en que activara su cámara. “Fueron mínimo más de cinco veces las que le dije que no hasta que le pedí que él la pusiera primero”, cosa que sí hizo pero luego dejó porque según él tenía problemas con su conexión. Siguió insistiendo hasta que ella puso su cámara durante 10 minutos.
Esto se repitió en varias ocasiones, él le llamaba insistentemente pidiéndole fotos, algo que duró del 9 de agosto de 2017 hasta el 10 de mayo de 2018. “Ni siquiera era un ‘Hola, ¿cómo estás?’, solo me pedía fotos y me daba órdenes”.
Cristina contó que en ese lapso ella estaba pasando por procesos personales muy fuertes, por lo que no se sentía de humor para hacer ese tipo de cosas, sin embargo, “me seguía presionando, entonces algunas veces le mandaba algo para que me dejara de insistir y presionar”.
Fue hasta diciembre, luego de pasar por un proceso terapéutico, que pudo identificar que dicha dinámica no la hacía sentirse bien. “Le dije que me sentía muy cosificada y que ya no quería que me buscara para pedirme contenido sexual, que si iba a ser así que mejor cada quién por su camino”.
Chantajes y otros casos de acoso
Después de que Cristina le dijera que no se sentía cómoda, Vela dejó de pedirle fotos, “de hecho ya ni siquiera quería hablar de cosas sexuales y eso me hizo ver que lo que le excita es el poder, ya ni siquiera una excitación sexual”.
Además, tras la negativa, el maestro de la UNAM empezó a chantajearla y decirle que se sentía mal, que estaba en depresión, que tenía muchas deudas, que en la universidad había mucha “grilla” que lo afectaba, que le tenían envidia, etcétera.
Fue gracias a eso que Cristina comenzó a creer que Vela era un acosador, por lo que empezó a contactar a otras chicas que lo seguían para corroborar sus sospechas.
“Me empezaron a decir que sí, que las había acosado, que se habían sentido acosadas, que les había pedido verlas por la cámara”.
En la entrevista, la estudiante comentó que enterarse de eso la dejó muy impactada, ya que en el tiempo que estuvo platicando con Vela le contó toda su vida, por lo que él sabía en dónde vivía, “sabe en dónde estudio, a qué hora voy a la escuela, qué lugares frecuento”. Detalles que en un principio habló en confianza y después la hicieron sentir insegura.
“Además tengo testimonios de otras mujeres que no viven en la misma ciudad y que de todos modos fue a perseguirlas”. Esto la motivó a abrir la página de internet en donde denunció al maestro y comenzó a recabar testimonios de otras chicas.

Los testimonios de otras chicas
Cristina Villegas dijo que desde que abrió la página de denuncia decenas y decenas de mujeres le han escrito para contarle sus experiencias con el titular de varias materias en FES Acatlán, aunque muchas de ellas tienen miedo a revelar sus verdaderos nombres, ya que dicen que él podría tomar represalias.
“Gustavo Vela me agredió sexualmente a través de intimidaciones y la fuerza física abusando de su jerarquía y de la relación de poder”.
“Me hizo creer que teníamos una relación monógama, hasta que me enteré que él estaba con otra mujer en una relación seria y ‘estable’”.
“Saliendo de clases me interceptaba y hablábamos y me ponía una hora para que me conectara, y si no, se enojaba, o si yo tenía cosas que hacer quería que sólo le hiciera caso a él”.
“Él empezó a salirse de temas académicos pidiéndome fotos o diciendo que me veía muy bien en clase; me llamaba con excusa de hablar de libros y terminaba insistiendo en que pusiera la cámara y que me masturbara para él, además intentando persuadirme de enviarle fotos diciendo toda clase de obscenidades y comentando que él se tocaba pensando en mí”.
“Muchos nos tacharán de ingenuas del porqué interactuar con alguien que apenas conoces pero, antes de que nos juzguen, déjenme decirles que al principio todo parece muy normal”.

¿Vela ha dado alguna declaración después de la denuncia?
“No, respuesta directa de él no hay ninguna. Pero sí nos hemos enterado que está ejerciendo coerción moral sobre sus alumnos y otras personas, les está casi exigiendo que nos ataquen, a las denunciantes, en Twitter y ya algunas personas lo han hecho. Pero una respuesta directa de él no existe y no creo que la dé, más bien está mandando a los alumnos a que den la cara por él”.
De hecho República 32 intentó comunicarse con él para conocer su versión de los hechos pero hasta la publicación de esta nota no hubo respuesta.
Justo el viernes de la semana pasada, él le escribió un mensaje a una de las chicas que dio su testimonio en la página, aunque borró la conversación, de la que sólo se pudo recuperar una parte que decía que cambiaría su «forma de ser».
También la obligó a borrar un tuit en donde mostraba apoyo a Cristina, la comenzó a seguir en Twitter «sabiendo que ella ya estaba en la red de apoyo (de chicas), sólo lo hizo para intimidarla», comentó la estudiante.

Lo que sigue en el caso
“Las alumnas están evaluando poner la queja formal en la UNAM, solo estamos esperando a revisar la construcción de la red de apoyo para saber cómo enlazamos esto con las personas encargadas en la UNAM”.
Aunque Cristina también aclaró que eso está a consideración de las personas involucradas, de las que abusó sexualmente, “tocando las fronteras de la violación, las apoyamos en lo que decidan, si deciden o no denunciar. También estamos evaluando las posibilidades: qué puede pasar si denuncian legalmente o no. Lo que nos interesa es proveer bienestar para ellas, el bien común entre toda la red de apoyo”.
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Así como el caso que está denunciando Cristina en la UNAM, existen decenas y decenas más en las diferentes facultades que integran a la universidad. Justo el pasado 14 de marzo se llevó a cabo un «paro feminista» para protestar por los casos de violencia de género registrados dentro de la escuela, además de criticar la manera en la que se atienden los casos denunciados.
«Decidimos parar las actividades académicas y administrativas de nuestra facultad a modo de protesta por el encubrimiento que han tenido las autoridades de la UNAM al enterarse de las agresiones sexuales», señalaron al lanzar la convocatoria.