La noche de este miércoles 18 de abril se realizó el primer debate entre los candidatos a la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México.
Los siete candidatos tuvieron la misma oportunidad para dar a conocer sus propuestas, aunque todos prefirieron atacarse entre sí.
Claudia Sheinbaum, de Morena; Alejandra Barrales, del PRD-PAN-MC; y Mikel Arriola, del PRI. Además de los menos conocidos como Purificación Carpinteyro Calderón, del Partido Nueva Alianza; Mariana Boy Tamborrell, del Partido Verde Ecologista de México; Marco Rascón Córdova, del Partido Humanista; y Lorena Osornio Elizondo, candidata independiente.
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El intercambio de ideas se dividió en dos temas: Urbanismo y sustentabilidad y Seguridad y justicia, y entre cada uno de ellos hubo un descanso de dos minutos.
Mikel Arriola fue el primero en hablar y comenzó a atacar a las dos candidatas que van arriba de él en las encuesta: “Barrales lidera el cártel inmobiliario y Claudia Sheinbaum, las narcodelegaciones”, y sonreía en cada oración.

Después de él hablaron Lorena Osornio, Purificación Carpinteyro, Mariana Boy, Alejandra Barrales, Claudia Sheinbaum y Marco Rascón, éstos últimos tres fueron los únicos que no lanzaron ataques en contra de los demás en su primera intervención.
“En lugar de pedir tu voto, Claudia y Alejandra, deberían pedirte perdón”, dijo Purificación haciendo referencia a los resultados que ambas han entregado en los cargos públicos que han ocupado.
Cada que ella hablaba repetía los mismos movimientos y gestos: al hacer alguna promesa señalaba su cuerpo con ambas manos, al hablar en contra de otro candidato apretaba la boca y veía de arriba hacia abajo cuando hablaba hacia todos.

Ella y Lorena eran las que más sobresalían por su lenguaje corporal. La independiente tartamudeo todas las veces que le tocó hablar, parpadeo constantemente, se sentaba cuando guardaba silencio y al final aceptó que sí, que hablar en público no era lo suyo.
En la tercera ronda, Marco aprovechó su tiempo para atacar al priísta: “Mikel es un Duarte (…) está unido a los que justifican los feminicidios”.
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“Arriola es Batman”, lanzó el del Partido Humanista.
Continuo otra ronda y todos comenzaron a prometer aumentar la vigilancia. ¿Cómo? Con cámaras por todos lados, incluso con policías encubiertos -como prometió “Puri”-, mejorar la captación y el reparto de agua en toda la ciudad, 100 kilómetros de Metro, que todas las mujeres puedan trabajar en sus casas y al hablar sobre los empleos que podría generar el Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, todos y todas, daban cifras diferentes sobre los empleos que se generaría con su construcción.

Al final, después de las descalificaciones, a cada candidato le dieron un minuto para despedirse: los siete dijeron que se merecen tu voto. Mikel dijo que iba a respetar los derechos humanos pero que en su gobierno lo primordial sería la familia (tradicional, obviamente).
Barrales apeló a su pasado lleno de esfuerzos que la llevó de trabajar como aeromoza a presidir el PRD. “Puri”, articulando cada movimiento como si pareciera un robot y apuntando su mano derecha a la cámara, terminó diciendo: “Soy Puri, vota por mí”, mientras extendía los brazos.

Sheinbaum fue la única que además de pedir que votaran por ella, dijo que el candidato de Morena, Andrés Manuel López Obrador, iba 20 puntos arriba en las encuestas, comparado con su rival más cercano.
Y concluyó: “Vamos a ganar el país y vamos a ganar la ciudad. Y juntos vamos a hacer historia”.