Aunque en México existen cientos de personas dedicadas a la cultura y el arte, son pocos los que pueden sobrevivir de ello y aún menos los que pueden presumir una buena calidad de vida a costa de sus conocimientos en esas áreas.
En general un “intelectual” tiene el compromiso de analizar los cambios sociales, interpretarlos y darlos a conocer a la ciudadanía dando una opinión informada tomando en cuenta el análisis cualitativo de los fenómenos.
Y no sólo es para la realidad política. La labor de los intelectuales permea en la sociedad a través de la cultura, las artes y cualquier otro aspecto de la experiencia humana.
Pese a esto, varios de los llamados intelectuales mexicanos, han hecho justamente lo contrario, ya que sus análisis y reflexiones muchas veces están cooptadas por los poderes políticos en turno, con lo que el contenido que generan, más allá de informar, funciona como una especie de guía para los ciudadanos, quienes al confiar en el conocimiento de los expertos terminan obedeciendo sus intereses.
Pero, ¿qué obtienen los intelectuales a cambio de generar estos mensajes? Por lo común, dinero.

Personajes cercanos al poder como Enrique Krauze, quien de la mano de presidentes como Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, ha recibido 103 millones 93 mil pesos en diferentes contratos mediante su empresa Clío, tal como ya lo había documentado República 32.
Además de Krauze, hay otros menos “afortunados” como Héctor Aguilar Camín, quien en el mismo periodo y con el apoyo de los mismos presidentes recibió 59 millones 224 mil pesos.
Esos recursos son extra a los que reciben de contratos con universidades, publicaciones, regalías de sus libros o talleres.
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Otros, como Jorge Castañeda, han vivido directamente del dinero público a través de cargos como Secretario de Relaciones Exteriores en el gobierno de Fox, durante la mitad de su administración, de 2000 a 2003.
Anterior a ello, fue asesor de Cuauhtémoc Cárdenas durante su campaña presidencial de 1988.
Otros de los que integran la “cúpula” de intelectuales mexicanos está Juan Villoro y Christopher Domínguez Michael, quienes son miembros honorarios de El Colegio Nacional.
Ambos reciben 164 mil pesos al mes “por no hacer nada”, de acuerdo a declaraciones de María Rivera, escritora y miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte.

Además hay que sumar lo que reciben DE pensiones de la UNAM y sueldos de maestros eméritos de tiempo completo.
«Es una clase de hiperprivilegiados con recursos públicos usados de manera indebida”, según Rivera, aunque así como Krauze y Camín, también tendríamos que recordar las regalías por sus publicaciones, cursos, talleres y premios literarios, muchas veces cuestionados, con lo que el suelo de estos intelectuales queda muy por encima de las necesidades de un escritor o investigador promedio.
Luis Villoro, Juan Villoro, Enrique Krauze, Domínguez Michael, Antonio Lazcano, Concepción Company, Octavio Paz: ninguno merecía ni merece una pensión vitalicia del gobierno de $164,000 por no hacer nada. Ninguno, si son de izquierda además #vergüenza https://t.co/FnFF0DyWzK
— María Rivera (@mariarri_) April 9, 2018
Justo este pasado lunes 8 de abril, Juan Villoro dio una entrevista a El País, en donde habló sobre “la realidad del país ante las elecciones del próximo 1 de julio” y aseguró:
“Los partidos han encontrado que lo importante con los problemas no es solucionarlos, sino administrarlos, lo que permite seguir haciendo pactos y ampliar recursos para supuestamente arreglarlos. Esta democracia le está costando muchísimo a México. Es una democracia chatarra que le da muchísimo dinero a quienes se benefician de ella”.
Aunque el escritor dijo que hay personas que se benefician de esta clase de democracia, no mencionó en ningún momento a sus amigos y colegas del Colegio de México, ni a Krauze o Camín, ya que apuntó que los malos son los otros, los políticos en el poder y no quienes viven de ellos.
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Contrastando con los miles de pesos que recibe la cúpula intelectual mexicana, hay escritoras como Gina Cebey que pese a demostrar el valor de su trabajo no recibió la paga correspondiente a tiempo.
Cebey, a más de un año de haber participado en la convocatoria del Premio Nacional de Ensayo Joven José Vasconcelos 2017, apenas recibió el dinero que la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca le debía por su libro de ensayo “Arquitectura del fracaso”, aunque más de 12 meses tarde.
En democracia no cabe una institución como el Colegio Nacional. No hay que “conminarlos” a nada. Hay que exigir que desaparezca o se transforme radicalmente. No DEBE otorgar pensiones vitalicias de $164,000 a nadie, menos a quienes ya reciben sueldos de universidades públicas.
— María Rivera (@mariarri_) April 9, 2018
El Colegio Nacional fue creado por el gobierno para apuntalar el régimen autoritario priista, dar una imagen de “unidad”. Es un PRI intelectual y sus miembros son “maiceados” para ello. El costo de ese PRI intelectual lo pagamos todos. Mantenemos como expresidentes a Krauze & Co.
— María Rivera (@mariarri_) April 9, 2018
Son 70 mil pesos los que le debían a la escritora, quien en Twitter aseguró que ganar un premio literario “es casi un milagro y es una de las pocas oportunidades que tiene una escritora inédita para ganar algo de dinero”.
Aquí va mi historia con el Premio Nacional de Ensayo Joven José Vasconcelos 2017. El 23 de julio del año pasado se anunció que mi libro Arquitectura del fracaso había resultado ganador del premio José Vasconcelos, que convoca la @UABJO
— Gina Cebey (@ladytormenta) 9 de abril de 2018