Para que un medio tenga credibilidad, debe ser independiente de poderes gubernamentales, económicos, partidistas y políticos, dijo el periodista Jenaro Villamil en entrevista con República 32.
“No significa que no tengan una posición, es decir, no creo tampoco en la neutralidad, creo en la veracidad, creo en la posibilidad de información veraz, pública y clara. Cuando un medio no es veraz, independiente y creíble, eso se nota, lo notan los lectores”.
También cree que todos los medios, chicos o grandes, tienen que luchar por su independencia, “no (creo) en que haya medios que son dependientes o independientes, lo que creo es que cualquier medio que tenga que sobrevivir y quiera tener credibilidad en estos momentos tiene que ser independiente del poder gubernamental, del poder económico e incluso de los poderes políticos o partidistas que están en juego”.
Además, el periodista del semanario Proceso opinó sobre el trabajo de periodistas que históricamente han sido ligados con el poder gubernamental, con el hilo de la complicidad, como el que tejen Televisa y el gobierno federal.
¿Qué piensas de periodistas que han trabajado en medios tradicionales, como Carlos Loret de Mola, Joaquín López-Dóriga o Ciro Gómez Leyva?

Carlos Loret de Mola
“Él es la generación joven que pretendía ser el relevo de esa generación que surgió con Zabludovsky, con López-Dóriga, con Pepe Cárdenas, y tuvo algunos aciertos, pero creo que el problema con Loret es que se involucró muy rápido en estas operaciones de telemontajes de la televisora, el caso de Florence Cazzes, el caso de la niña Paulette, son los grandes déficits de Carlos Loret”.
“Es un buen periodista, pero cuando tiene línea gubernamental se ve, evidentemente, su sesgo”.
Joaquín López-Dóriga
“Joaquín justamente es la generación anterior. Le ha costado mucho trabajo (y) no creo que pueda recuperar la credibilidad porque es del modelo de periodista que está al servicio del poder, al servicio del gobierno en turno, de los empresarios en turno, de los poderes fácticos, incluso del ejército, de la iglesia, etcétera”.
“Es un periodista que tiene oficio, pero un oficio que está dedicado hacia el poder, no hacia las audiencias”.
Ciro Gómez Leyva
“Ciro tiene estos matices de que trata de ser crítico y de que trata de dar unos bandazos».
«Es un periodista de medios electrónicos muy curtido, aunque el problema de figuras como Ciro, o estos periodistas que surgieron o se consolidaron fuera de Televisa, es que dan unos bandazos tremendos. Hay un Ciro antes de Canal 40 y hay un Ciro después de Canal 40, estoy hablando del Canal 40 antes del ataque al Cerro del Chiquihuite”.

Villamil estima que algo que tienen en común todos estos periodistas es su relación con la empresa Televisa, claro ejemplo de un medio tradicional.
¿Cuál es el papel de los medios tradicionales hoy en día?
“Se entiende por medios tradicionales los analógicos y los impresos que están jugando el papel de partes de un ecosistema de comunicación que está en crisis».
«En el caso mexicano está en crisis por la falta de credibilidad de los medios masivos. Y en el caso de la prensa (es) la falta de credibilidad, pero además por la disminución de lectores y la falta de interacción con los propios lectores”.
Para el periodista, cuyo último libro es La rebelión de las audiencias, otro de los problemas de los medios tradicionales es la reducción de su público, el cual de por sí ya era reducido, pero ahora está mucho más acotado. Esto sumado a que ya no son los únicos generadores de la opinión pública.
“Cada vez más, los medios digitales y las audiencias digitales generan opinión pública y agenda informativa. Incluso la agenda informativa está corriendo hacia las redes”.
La caída de los medios
De acuerdo con el periodista, uno de los puntos clave de la caída de medios como Televisa recae en el apoyo que le dio al sistema, al que “acabó carcomiendo”.
“Televisa surge como parte del diseño de un sistema político que nació en 1947, cuando se funda el PRI, que se funda en la época de Miguel Alemán, y Televisa (era) llamada en ese entonces Telesistema Mexicano, aunque eran las mismas familias, los mismos grupos políticos”.
Según el periodista, esta empresa también comenzó como “uno de los ministerios de la información y de control ciudadano. Televisa formó parte del sistema, era una parte subordinada, no era una parte dominante, ellos estaban subordinados al modelo presidencialista y al PRI, por eso decían que eran soldados del presidente”.
Sin embargo, en el año 2000, apuntó Villamil, Televisa pensó que podía estar por encima del sistema y manipularlo.
“La democracia es un buen negocio”, dijo el periodista, al recordar las palabras de Emilio Azcárraga Jean, quien hasta hace finales de 2017 fue director general de Televisa.
“Empezaron a hacer negocio no con la democracia, sino con la corrupción del sistema político”.
Ahí la empresa comenzó a caer, dice.