Hace 47 años la filósofa Simone de Beauvoir redactó el Manifiesto de las 343, donde mujeres como Catherine Deneuve, Marguerite Duras o Agnès Varda admitían haber abortado y exigían al gobierno francés la despenalización del procedimiento.
Hoy, Catherine Deneuve y otras artistas, escritoras y periodistas francesas firmaron un nuevo manifiesto feminista.
“La violación es un crimen. Pero la seducción insistente o torpe no es un delito, ni la galantería es una agresión machista”, dice el texto que publicó Le Monde este martes 9 de enero.
El texto se publica un par de días después de la ceremonia de los Globos de Oro, donde la mayoría de las mujeres y algunos hombres asistentes se vistieron de negro en protesta contra las agresiones sexuales en la industria del espectáculo.
Además, la publicación aparece luego de que en la misma premiación se volviera viral un discurso de la presentadora de televisión Oprah Winfrey, donde la afroamericana asegura que se terminó el tiempo de los abusadores en Hollywood.
El manifiesto francés es una denuncia pública a “esa fiebre de enviar a los cerdos al matadero”, en referencia a la campaña #balancetonporc, que invita a las mujeres a denunciar por redes sociales a los hombres que las han acosado y que se han valido de sus puestos laborales para no ser acusados.
La descripción del caso recuerda al del productor Harvey Weinsten, que desató campañas como el #MeToo y que impulsó que decenas de mujeres denunciaran el acoso sexual sufrido durante sus carreras cinematográficas, entre quienes se cuentan Angelina Jolie, Salma Hayek, Rose McGowan y Mira Sorvino.
Las francesas consideran que esa «fiebre» no es un feminismo que ayude «en absoluto a las mujeres a defender su libertad», sino todo lo contrario. Las mujeres son puestas «en el mismo plan que agresores sexuales convictos y confesos», acusan.
La conciencia contra el poder
Aunque Deneve y demás denuncian que ese tipo de feminismo se ha convertido en “una campaña de delaciones y acusaciones públicas hacia individuos a los que no se deja la posibilidad de responder o de defenderse”, aplauden la toma de conciencia que ha generado esa ola frente a los abusos de poder.

“Desde el caso Weinstein se ha producido una toma de conciencia sobre la violencia sexual ejercida contra las mujeres, especialmente en el marco profesional donde ciertos hombres abusan de su poder.
«Eso era necesario. Pero esta liberación de la palabra se transforma en lo contrario: se nos ordena hablar como es debido y callarnos lo que moleste, y quienes se niegan a plegarse ante esas órdenes son vistas como traidoras y cómplices”, apuntan las inconformes.
El manifiesto, también firmado por la escritora Catherine Millet, la cineasta Brigitte Sy, la ilustradora Stéphanie Blake, entre otras, también externa su preocupación por el peligro que corre la libertad sexual y el regreso de una «moral victoriana»:
“Esa fiebre sólo sirve, en realidad, a los enemigos de la libertad sexual, a los extremistas religiosos, a los reaccionarios más peligrosos, arrastrándonos a una ola ‘purificadora’ que parece no tener límite”.
Las firmantes critican las recientes censuras en el mundo cultural, como los desnudos del artista Egon Schiele cubiertos en el Metro de Londres, o las manifestaciones contra la cinematografía de Roman Polanski.
“El filósofo Ruwen Ogien defendió la libertad de ofender como algo indispensable para la creación artística. De la misma manera, nosotras defendemos una libertad de importunar, indispensable para la libertad sexual”.
