Hace 32 años, el 7 de enero de 1986, falleció Juan Rulfo.
La fecha la recordó su hijo, el cineasta Juan Carlos, mediante un mensaje en Twitter: “Hoy hace 32 años se fue el jefe”.
Convertido en ícono de alcance mundial de la literatura mexicana, en efeméride momificada, parece que la conversación en torno al autor de El llano en llamas olvida uno de los principales atributos de su prosa poética: la crítica penetrante, la lucidez en la comprensión de la miseria del pueblo mexicano.
Hoy hace 32 años, se fue el jefe!
— Juan Carlos Rulfo (@juanpatadeperro) 7 de enero de 2018
Con ironía, con comprensión arraigada en una sensibilidad que no por aparentemente sencilla es menos perceptiva, Rulfo compuso retratos amargos sobre la realidad desigual del país y la indolencia de sus gobernantes.
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No obstante que fueron publicadas hace más de medio siglo, por la travesura de la persistencia de los problemas en México, muchas de sus denuncias se mantienen absolutamente vigentes, como escritas apenas ayer por un joven autor satírico que ensaya los primeros impulsos a su carrera.

Como ejemplo, el cuento “El día del derrumbe”, donde dos sujetos conversan sobre el desafío de un pueblo pulverizado por un temblor y la conducta posada e insensible del gobernador del estado, quien visita la catástrofe y, antes de dar soluciones, arma una comilona hasta con música en vivo.
“La cosa es que aquello, en lugar de ser una visita a los dolientes y a los que habían perdido sus casas, se convirtió en una borrachera de las buenas”, escribe quien fue en vida amigo de Antonio Alatorre y de su tocayo Juan José Arreola.
“Y ya no se diga cuando entró al pueblo la música de Tepec, que llegó retrasada por eso de que todos los camiones se habían ocupado en el acarreo de la gente del gobernador y los músicos tuvieron que venirse a pie; pero llegaron”.
Hoy se transmite el sexto capítulo de la serie “Cien años con Juan Rulfo” de @juanpatadeperro #FoncaSNCA a las 10PM por @Canal22 @cultura_mx #100conRulfo pic.twitter.com/DrvAbuAKRI
— FONCA Difusión (@FONCAMX) 4 de enero de 2018
La conversión de Rulfo en una figurilla de intercambio promocional podría desdibujar la verdadera materia viva que compone su literatura: un lenguaje sonoramente artístico y una visión penetrante de la herida realidad de los pueblos del país.
Además de ser un escritor de profunda observación, Juan Rulfo impulsó como experimentado lector otros proyectos ambiciosos sobre la desigualdad y la nubosidad de la pobreza en México, como la novela sobre el puente de Nonoalco-Tlatelolco y sus barrios lumpenizados que escribió Fernando del Paso en la década de 1960: José Trigo.
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